jueves, 11 de diciembre de 2014

Sentido del tacto


   SENTIDO DEL TACTO.

     El sentido del tacto se debe a la existencia de unos receptores que son capaces de detectar estímulos de naturaleza mecánica, como son la presión, el pinchazo de un alfiler, etc. Son los mecanorreceptores, que se encuentran en el interior de la piel.
Los mecanorreceptores de la piel
Las estructuras mecanorreceptoras para el tacto son muy sencillas. Se trata de muchos tipos de terminaciones de dendritas de unas neuronas cuyo soma se sitúa en los ganglios espinales. A veces están protegidas por algún tipo de cubierta. Se sitúan en la parte más superficial de la piel, la epidermis, y en la más profunda, la dermis.
Cuando un mecanorreceptor recibe un estímulo táctil, se excita y emite un impulso nervioso. Como el receptor es la dendrita de una neurona, el impulso viaja hasta su soma, que está en un ganglio espinal. El estímulo sale desde el soma por el axón, que puede formar un arco reflejo en la médula espinal o puede viajar hasta el cerebro, de modo que somos concientes de las sensaciones táctiles.
Existen varios tipos de mecanorreceptores, cada uno de los cuales se especializa en la recepción de uno o varios tipos de sensaciones táctiles. Un tipo de receptor, las terminaciones libres, proporcionan informaciones de dolor y suelen establecer arcos reflejos. Otros receptores pueden captar información sobre la temperatura.

La sensibilidad
Hay zonas de la piel, como las palmas de las manos o los labios, que son mucho más sensibles que otras. Se debe a que poseen más receptores.

Los mecanorreceptores son las estructuras al servicio del sentido del tacto y se localizan en la piel.




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